Texto Argumentativo - Emma Zunz de Borges

 

La venganza… ¿sobre quién fue?

Texto argumentativo sobre “Emma Zunz” de Jorge Luis Borges

 

En el cuento Emma Zunz, Borges se aleja de los laberintos metafísicos característicos de sus obras para presentar un relato aparentemente, simple, como la de una joven que asesina al hombre que considera responsable de la muerte de su padre. Este texto puede leerse como una crónica de justicia personal, pero también como una exploración íntima de la identidad, la memoria y el autoengaño. En este marco, argumento la siguiente tesis sobre Emma Zunz, Borges no solo relata una historia de venganza, sino que muestra la transformación interior de una chica que, al tomar justicia por mano propia, pierde su inocencia y su identidad, revelando una historia oculta sobre la fragilidad del yo y el otro yo, el trauma, la culpa y la necesidad de construir una verdad emocional frente a la figura ambigua de su padre.

Desde el inicio, Borges construye a Emma como una figura marcada por la contención emocional y la rutina. Luego, la muerte de su padre, Emmanuel Zunz/ Maier, se presenta sin detalles emocionales: “el 14 de enero de 1922, Emma Zunz supo que su padre había muerto”. Esta sequedad en la narración ya indica que el conflicto no se encuentra en los hechos visibles, sino en lo que ocurre en el interior de la protagonista. La noticia del suicidio es el detonante de una transformación: Emma llora, se quiebra, y empieza a planear una forma de justicia que, en realidad, parece más una necesidad desesperada de sentido.

El crimen que comete (el asesinato de Loewenthal) no es lo más relevante del relato. Lo verdaderamente perturbador es el costo interno que implica para Emma llevarlo a cabo. Para construir una coartada creíble, Emma se prostituye voluntariamente en el puerto, y más tarde finge ante la policía haber sido violada por Loewenthal. Este acto no es simplemente parte de un plan, representa un sacrificio íntimo y violento. Emma se degrada físicamente, pero también destruye simbólicamente la joven que era, por eso es que al momento de mencionar la edad de ella Borges indica la edad que va a cumplir y no la que posee al momento, ya que después de estos hechos ella no va a ser la misma de antes. Emma se convirtio en actriz de su propia mentira, en autora de una “verdad” que no coincide con los hechos, pero sí con su dolor. Como señala el autor al final del cuento: “La historia era increíble, en efecto, pero se impuso a todos porque sustancialmente era cierta. Verdadero era el tono de Emma Zunz, verdadero el pudor, verdadero el odio”. Esa frase revela la tensión central del relato, los hechos son falsos, pero el dolor es auténtico.

Por otro lado, el relato sugiere otra dimensión más profunda: la relación con la figura del padre. Emmanuel Zunz es un personaje ausente. Nunca lo escuchamos hablar, no hay recuerdos detallados ni escenas emotivas entre él y Emma y menos con su madre, de la cual no se sabe ni el nombre. Todo lo que el lector sabe sobre él proviene de la perspectiva de su hija. Esta elipsis puede leerse como una clave: quizás el padre no fue tan inocente ni tan bueno como Emma necesita creer. Tal vez no fue una víctima pura, ni siquiera un hombre justo, pero Emma no puede aceptar esa posibilidad. Su crimen, entonces, no solo se dirige contra Loewenthal, sino también contra la ambigüedad del pasado. Asesina para mantener intacta una versión de su padre y de sí misma que le permita sobrevivir emocionalmente. Al matar a su jefe, intenta también borrar la sospecha de que su padre pudo haber tenido parte de culpa, o que tal vez no la quiso como ella hubiera deseado. La justicia que busca es, en el fondo, una forma de negación.

Borges nunca ofrece juicios morales. No presenta a Emma como heroína ni como villana. Más bien, la retrata como una figura trágica: alguien que se ve forzada a inventar una historia para no hundirse en el sinsentido. El relato que arma ante la policía no es verdadero en términos de hechos, pero sí en términos emocionales. Es su única forma de sostener una narrativa creíble. La mentira que Emma construye tiene una función psicológica, darle una estructura a un mundo interior fracturado. Sin embargo, el precio que paga es altísimo ya que ya no puede reconocerse a sí misma fuera del relato que ha inventado.

Esta obra no es simplemente un cuento de venganza: es una profunda exploración con una historia no contada sobre la identidad, el trauma y la necesidad de encontrar sentido donde no lo hay. La historia oculta que Borges sugiere no se encuentra en los hechos del crimen, sino en el acto de crear una mentira emocionalmente verdadera. Emma destruye su cuerpo, su inocencia y su identidad para poder sostener una imagen del padre que tal vez nunca existió. Al hacerlo, sacrifica su propio yo. En última instancia, Borges nos muestra que la verdad no siempre está en los hechos, sino en la intención y el dolor que los envuelve, y que a veces la justicia, cuando nace de la desesperación, puede ser tan devastadora como lo que la causó.

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