Resumen: La España Primitiva

 

Instituto Nuestra Señora de Las Nieves 

Profesora: María Luisa Frey

Alumno: Federico Biasi Martínez

Resumen: La España Primitiva

La historia de la Península Ibérica antes de la conquista romana estaba poblada por pueblos autóctonos cuya lengua, al llegar los romanos, ya había sido influida por la de otros pueblos invasores: fenicios, cartagineses y griegos.

Al alborear los tiempos históricos, pueblos con un idioma común que sobrevive en el vasco  actual se hallaban establecidos a ambos lados del Pirineo. Por la costa de Levante y regiones  vecinas se extendía, la cultura de los  íberos, de origen probablemente norteafricano. La actual  baja Andalucía y el sur de Portugal fueron asiento de la civilización de los tartesios. Los fenicios y griegos se disputaron el predominio en la región tartesia. La pugna, que acabó con la desaparición de las factorías griegas, barridas por los cartagineses, herederos de los fenicios. Los fenicios fundaron Cádiz y Málaga.

Más tarde, los cartagineses fundaron la nueva Cartago (Cartagena), capital de sus dominios  en España.

Los griegos, desterrados del sur, prosiguieron en Levante, fundando algunas colonias. Posterior fue otra invasión de procedencia continental, la de los celtas. Hacia el siglo VII a.C. penetran en la Península, ocupando la parte del noroeste. Se dividieron en cinco ramas: los lusitanos, gallegos, ligures, astures y cántabros. Mezclados con los iberos, constituyeron el grupo denominado Celtíbero. En el siglo IV a.C. la zona central de España estaba ocupada por este nuevo pueblo, mientras que en el norte y en el sur seguían dominando los celtas e íberos.

Los diversos pueblos que habitaron el territorio de la España primitiva nunca llegaron a constituir un estado. Permanecieron divididos entre ellos.

La cultura de esta época fue notablemente influida por los colonizadores fenicios, griegos y cartaginenses.

Los fenicios estimularon la industria y el comercio. Los griegos gravitaron enormemente en el aspecto cultural y artístico. El arte ibérico alcanzó un brillantísimo florecimiento en contacto con las civilizaciones oriental y griega: dándole un nuevo sentido y caracteres propios.

La Conquista Romana de España

Se considera que con la ocupación romana empieza propiamente la historia de  España. Cuando los romanos terminaron la unificación de Italia, iniciaron una  campaña de expansión marítima, que dio lugar a una  gran lucha conocida con el nombre de Guerras Púnicas1

1 Púnicas: nombre que deriva del latín "pocni", pues así llamaban los romanos a los  cartaginenses debido a su origen fenicio.

 

Hubo tres Guerras Púnicas, en las que Roma resultó vencedora y al termino de ellas, Cartago fue destruida definitivamente. Al concluir la segunda guerra, los romanos consideraban a España dividida en dos grandes regiones: la España Citerior, que  comprendía toda la zona mediterránea hasta el Ebro, y la España Ulterior, que abarcaba todo el resto de la Península. La  conquista de esta última región obligó a los romanos a emprender una larga y difícil  campaña, y luego de  doscientos años de lucha continua, los romanos consolidaron su hegemonía sobre la  Península.

En esta lenta conquista fueron los romanos ocupando diversas ciudades. Cuando fueron ocupadas las zonas norte y oeste, se establecen en Pamplona y en la región de la  Lusitania. Las últimas zonas que romanizaron fueron Galicia y Asturias.

La primitiva Roma se había engrandecido gracias a virtudes supremas: ruda en un  principio, poseía un sentido de energía viril. La cultura  romana traía el concepto de la ley y la ciudadanía.

España fue la tierra que más pronto se latinizó. Rápidamente adoptan las costumbres, la lengua, se propagan sus instituciones, y se produce la unificación política y jurídica en torno al Derecho Romano, promoviendo toda clase de adelantos materiales.  La ocupación romana hizo de un pueblo semibárbaro, una nación en el sentido europea de la palabra.

Con la civilización romana se impuso la lengua latina. Bastó el peso de las circunstancias: carácter de idioma oficial, acción de la escuela, superioridad cultural y conveniencia de emplear un instrumento expresivo común a todo el Imperio. Hubo un periodo de bilingüismo más o menos largo, según los lugares y estratos sociales. Poco a poco, las hablas indígenas se irían refugiando en la conversación familiar, y al fin llegó la latinización completa.

La lengua latina presentaba dos variedades fundamentales el serma urbanus el  serma vulgaris, que podríamos traducir como lengua literaria y lengua coloquial. La  lengua hablada cotidianamente por el pueblo en general, era ese latín coloquial,  generalmente conocido como latín vulgar, y del cual derivarán luego, las  lenguas romances.

Los pueblos iberos se unificaron por la rapidez de las comunicaciones.

Decadencia del Imperio Romano - Los Pueblos Germánicos

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Con Trajano, en el año 107 después de Cristo, el Imperio Romano llega prácticamente a su máxima extensión territorial.. En los dos siglos sucesivos todas las provincias se romanizan profundamente. Pero al mismo tiempo, empieza un movimiento de descentralización política y económica. Todos los pueblos itálicos del Imperio adquieren la ciudadanía romana, los ciudadanos colonizan provincias y se radican en ellas.

Al mismo tiempo para la defensa de sus fronteras los extranjeros comienzan a integrar las filas de las legiones y adquieren ciudadanía romana.

Por otro lado, las provincias adquieren gradualmente mayor importancia económica, por ser más ricas que Italia. Roma no es más el lugar de residencia de los emperadores. En el año 212 d.C. el emperador Caracalla otorga la ciudadanía romana a todos los habitantes del Imperio.

Con el edicto de Caracalla, se consagra la descentralización. En el año 257 d.C. el Imperio sufre la  primera pérdida territorial importante: los mismos jefes del Imperio se dan cuenta de que una  administración única resulta inapropiada para el país tan extenso. Por eso Diocleciano se asocia a Maximiano.

Constantino, en el 324 restaura la autocracia imperial. Finalmente, la oposición entre Oriente griego, y el Occidente, se consagra políticamente en el año 392 con el  emperador Teodosio, quien divide el Imperio entre sus dos hijos, Arcadio y Honorio, dando  al primero Oriente, con la capital en Bizancio (Constantinopla), y al segundo Occidente, con  la capital en Rávena. De este modo el Oriente, sustraído a la influencia de las regiones romanizadas, queda griego.

Mientras tanto el Occidente va perdiendo cada año nuevos territorios hasta que en el año 476 los últimos restos libres del Imperio caen en el poder de una  población germana.

Esta caída del Imperio contribuyó también la enorme decadencia de la sociedad, la moral y la cultura romana. El Imperio se orientaliza y se germaniza.

La penetración germánica en la Romania occidental tuvo aspectos pacíficos y graduales  antes de tomar el aspecto de rápida conquista militar, y finalmente, cuando las poblaciones germanas empezaron el ataque directo contra el imperio  Romano, este se encontraba ya en un estado de relativa germanización.

Formación de las Lenguas Romances

Mientras el Imperio Romano se mantuvo intacto y poderoso, el latín vulgar era la única lengua que imperaba. Pero con la invasión bárbara, se rompe la unidad política y se enseñorean en las tierras conquistadas. Las provincias pierden el contacto entre sí

- los Ostrogodos se hicieron dueños de Italia al mando de Teodorico.

- los Francos se establecieron en la antigua Galia con Merovco.

- los Angles v sajones ocuparon las islas de Gran Bretaña

- los Visigodos en la Península Ibérica, donde lograron someter a los Suevos, Silingos.  Alanos y Vándalos que se habían establecido con anterioridad.

- los Vándalos y Silingos: después de haber sido desplazados de la Península por los Visigodos, mantuvieron su reinado en el norte de África.

Como la cultura de los conquistadores es inferior a la de los conquistados y sus lenguas son diversas, no logran imponer un idioma. No hay unidad lingüística. Cada vez difiere más el latín vulgar hablado en la antigua Galia del que se habla en la  Península Ibérica o en Italia, y llega un momento en que, de una sola lengua madre han  nacido varias lenguas hermanas entre sí. Estas son las lenguas llamadas romances o neolatinas. Enumeradas de Oriente a Occidente son:

- el rumano: hablado en la antigua Dacia (Rumania) 

-el dalmático: lengua muerta hablada antiguamente en las costas de Dalmacia.  -el retoromano: hablado en la antigua Retia (parte de Suiza y de Italia). - el italiano: hablado en Italia.

- el sardo: hablado en Cerdeña.

-el francés v el provenzal: hablado en la antigua Galia.

- el portugués, el catalán v el castellano: hablado en la antigua Hispania. Todas estas lenguas son continuación del latín, no del literario sino del  vulgar hablado sin preocupación idiomática por el pueblo.

Los Visigodos en España

España quedó en su mayor parte en poder de los bárbaros. Sin embargo, los hispanorromanos lograron conservar algunas fortalezas hasta la llegada de los visigodos (año 414) y se establecieron en Barcelona. Posteriormente fueron desplazando a los anteriores pueblos germánicos. Los francos conquistaron la región sur de la Galia y expulsaron de allí a los visigodos. Estos debieron internarse aún más en España, y la corte se estableció en Toledo, que fue su capital.

Cuando los visigodios penetraron en España se hallaban notablemente romanizados, pero a fines del siglo IV abrazaron el arrianismo. Los hispanorromanos, continuaron siendo católicos. Esta diferencia religiosa dificultó la fusión de ambos pueblos.

Leovigildo, quien reinó entre 582 y 586, a fin de  consolidar la unidad política de España, procuró imponer el arrianisino. Cuando su hijo  Recaredo ocupó el trono de España, cambió la política. En vez de perseguir a los católicos, trató de congraciarse con ellos. Finalmente, en el año 537 se convirtió públicamente al catolicismo. La conversión aceleró la fusión entre hispanorromanos y  visigodos.

Los reinos bárbaros, tuvieron en su comienzo escasa base política. Luchaban y se deshacían entre ellos mismos, hasta desaparecer.  Estaban dirigidos por reyes que eran elegidos entre los de mayor nobleza. El poder residía en manos de los mejores guerreros.

España fue conquistada pero no germanizada. Sin embargo, de ninguna manera podemos anular el valor histórico de la monarquía de los visigodos. Estos pueblos dejaron influencia superficial debido a la completa y profunda romanización de España. Lingüísticamente, la influencia visigoda no fue notable.

Decadencia de la monarquía visigoda: amenazada por la expansión islámica, la  Europa occidental a principios del siglo VIII, era una comarca salvaje donde acababan de corromperse los últimos vestigios de la cultura  antigua, y donde la religión cristiana estaba deformada por la superstición.

La instrucción se impartía en monasterios y catedrales. El carácter electivo de la monarquía visigoda originó grandes luchas entre el gobierno y los nobles que aspiraban al trono.

El último monarca visigodo fue Rodrigo.

La Influencia Islámica

Los árabes, estaban establecidos en el norte de África. El rey Witiza había sido destituido del trono de Toledo en el año 709. Los hijos del  monarca desplazados no vacilaron en pedir auxilio a los árabes para reconquistar el  trono.

La tradición habla del conde Julián, gobernador de Septum (Ceuta), quien facilitó el  paso por el estrecho de Gibraltar a los invasores. Se cuenta que Julián (que no era un conde godo sino griego, o nombrado por los griegos) mandó a una de sus hijas, Florinda,  a la capital; Rodrigo se enamoró de ella y la sedujo. La venganza de esta afrenta motivó, según la tradición, la invasión. Julián se sublevó contra Rodrigo y a fin de derrocarlo pidió ayuda a Muza, jefe árabe del norte de África. Los musulmanes  aprovecharon la oportunidad a las órdenes de Tarik. atravesaron el estrecho que a partir  de ese momento se llamó Gibraltar.

En el mes de julio Rodrigo fue derrotado y muerto en la batalla.  Sucesivos contingentes musulmanes penetraron en la península, obligando a los cristianos a refugiarse en la región montañosa de Asturias.

El imperio visigótico hubiera caído de cualquier modo, ya que las condiciones de sociedad preveían su destrucción. Tarik vencedor avanzó sobre Toledo. La capital, entregada por los judíos se rindió incondicionalmente.

La población: los invasores se mostraron tolerantes con los hispanorromanos y visigodos que habitaban la península. La llegada árabe divide el mundo cultural en dos, dejando en el sur el mundo islámico y en el norte el mundo cristiano. Pero sobre la línea fronteriza se asientan los llamados hombres libres, que van tomando tierras y repoblando zonas.

Los que deseaban seguir profesando el cristianismo en tierras árabes, podían hacerlo, pero debían pagar un tributo a los musulmanes. A este tipo de pobladores se los llamó mozárabes. Otros prefirieron convertirse a fin de conservar su fortuna y recibieron el nombre de renegados. Cuando los cristianos comenzaron a recuperar territorios, muchos musulmanes quedaron sometidos, pero continuaron con su religión y leyes especiales, y a éstos se les llamó mudéjares. Los musulmanes ofrecían la libertad a los esclavos cristianos que abrazaban el Islam; los que así lo hacían se llamaban maulas. Los hijos de cristianos y musulmanes se denominaban muladies. Además, en la España musulmana habitaban muchos judíos.

La mayor parte de los musulmanes que invadieron España, eran moros (berberiscos), que se habían convertido a la religión Mahoma. Los árabes de raza constituían la minoría.

Existía un canon, redactado en tiempos del gobernador Emir Omar (712-720), sobre el tratamiento que los musulmanes debían aplicar a judíos y cristianos. Nunca fue seguido estrictamente, ya que fueron muy tolerantes. Sus relaciones eran tan benignas que llegaron a compartir el uso de la misma iglesia.

En Córdoba se adoraba bajo el mismo techo a Jehová, a Mahoma y a Cristo. Si bien los musulmanes no llegaron a imponer su lengua, lograron vitalizar considerablemente el español naciente con un léxico amplísimo, que alcanza hoy el veinte por ciento de los vocablos castellanos: más de cuatro mil palabras que aluden a todas las formas de las  culturas que ellos impusieron. Gran cantidad de palabras castellanas que comienzan con "a" o con "al" son de origen árabe (acequia, arancel, azucena, aljibe, albañil, alcoba, alférez).

Los árabes eran los maestros, los médicos y los augures de los príncipes cristianos, en tanto que los judíos eran sus banqueros. Tenían una imaginación. poética que dio a las ciencias griegas una nueva forma, nuevos nombres. Las sutilezas misteriosas y cabalísticas envolvían todo el antiguo saber en una red de fórmulas escolásticas y de supersticiones. La astronomía degeneró en astrología.

Los árabes sobresalieron en la arquitectura, cuyas expresiones más destacadas fueron  la mezquita y el alcazar (palacio).

Cultivaron todos los géneros de la literatura. Su imaginación brillante y apasionada favoreció la literatura narrativa. Aficionados a los relatos fantásticos.  coleccionaron fábulas y cuentos. Los más divulgados son los que se agrupan bajo el título "Las mil noches y una noche".

Entre las grandes figuras de la filosofía islámica podemos citar Averroes (1126- 1198), nacido en Córdoba (España), autor, entre otros trabajos dc: Prolegómenos a la  Filosofía, Compendio de Lógica, Métodos de la demostración de los dogmas.

La Reconquista de España

La resistencia cristiana contra el poder musulmán se inicia en el norte. Pelayo, vence a los moros en la batalla de Covadonga (año 718). Y funda el reino de Asturias, que se convierte en el de León. Fernando I transforma el condado en reino (1035). León entró en decadencia, y en 1230 quedó definitivamente bajo el dominio de Castilla.

La región montañosa situada en el noreste de la península (pirenaica), nunca fue ocupada totalmente por los musulmanes. Estos territorios dieron origen a los reinos de Navarra y Aragón. En la zona de Cataluña surgió el condado de Barcelona.

Los reinos cristianos prosiguieron la lucha contra los musulmanes: a comienzos del siglo XI, las fuerzas combativas de los invasores se vio disminuida. Esto favoreció la reconquista.

A su muerte, Fernando I dividió los dominios entre sus hijos, entregando a Sancho  tierras de Castilla, y a Alfonso los de León. Sancho no cumplió con la voluntad paterna y  atacó a sus hermanos, pero finalmente fue asesinado por un enemigo. Alfonso fue proclamado rey de Castilla, con el nombre  de Alfonso VI. Alfonso VI logró su principal victoria al tomar la estratégica ciudad de Toledo (año 1085), lo que permitió extender las fronteras cristianas.

Posteriormente, el rey de Castilla Alfonso VIII vence a los musulmanes en la importante batalla de Navas de Tolosa (1212), para la conquista de Andalucía.

A comienzos del siglo XIII la campaña por la reconquista había recuperado muchos territorios. Al término de estas luchas, los musulmanes sólo ocupaban el reino de Granada. A fines del siglo XIII la península estaba dividida en cuatro reinos cristianos: Castilla, Aragón, Navarra y Portugal.

Luego tenemos el reinado de Alfonso X, el Sabio (1252-1284). Se destacó por su cultura, pues cultivó casi todas las ramas del saber humano. Afianzó las conquistas logradas por su padre y tomó nuevamente la ciudad de Cáliz. Durante su reinado, la ciudad de Toledo se convirtió en un importante centro cultural, hacia donde se dirigían estudiosos de toda Europa.

A medida que la conquista avanzaba, los reyes cristianos fomentaban cuidadosamente las inmigraciones de mozárabes, así lograban imperar sobre terrenos poblados y en floreciente cultivo.

Triunfo del Castellano

El castellano logró ser el heredero de Roma al  hacer "renacer su misión unificadora e imperial". Hablado en Castilla, Menéndez Pidal dice que fue "lengua de mundo, oración y su plenitud poesía", imponiéndose a todos los demás dialectos y llegando a unificadora cuando Castilla y Aragón unen sus coronas y, en 1492 los  Reyes Católicos expulsan definitivamente a los árabes del reino de Granada. Es entonces cuando  Castilla entrega al mundo la lengua oficial española.

Los primeros textos lingüísticos que se conservan, datan del siglo X, son glosas o anotaciones marginales a modo de vocabulario. Son conocidas con el nombre de Glosas Emilianenses y Silenses, respectivamente. En estos textos el romance castellano está todavía muy apegado al latín.

Durante la Edad Media el latín dejó de ser hablado y entendido por el pueblo, pasando a ser lengua litúrgica e inmóvil de la Iglesia. El latín español intensificó sus rasgos ibéricos, entremezclándose con arabismos y galicismos. Recién en el siglo XIV, el castellano comenzó a adquirir una mayor conciencia unitaria y a pretender ser menos rudo y bárbaro. Hay, entonces, una tendencia por apartarse del latín eclesiástico, y buscar el deslumbrante de la Antigüedad.

La evolución normal del castellano sufrió una influencia cultista; frente al clérigo  medieval y su latín de misa, surgió un humanista en las cortes principescas. Con el ansia de transformar la lengua vulgar  en clásica. Tal exageración produjo a fines del siglo XV una reacción en la corte de los Reyes  Católicos.

Frente al andalucismo del poeta Juan de Mena, Salamanca dio la nota castellana del equilibrio entre lo antiguo y lo moderno, entre el cultismo y el popularismo.

En torno a 1492, el castellano encuentra su fórmula apta para la  unidad y expansión, afirmado en lo popular, pero dentro de un cuadro idealista y normativo,  soñando con ser la lengua imperial del mundo.

Antonio de Nebrija, ofrece la primera gramática española a la Reina Isabel en 1492. Su profecía se cumpliría bajo el reinado de Carlos I (Carlos V de Alemania) y Felipe II, en los que el castellano pasa de  lengua de unidad nacional a lengua imperial de la cristiandad. Y así como la primera fórmula la diera Nebrija en Salamanca: "buen gusto", las nuevas consignas saldrían de Toledo (corte imperial  de Carlos I) y del Escorial Madrid (corte de Felipe II).

En el siglo XVI se fija la fonética que aún hablamos: desaparición de la h aspirada, la ç  hecha z ó c, la ss y la x hechas j.

Referencias Bibliográficas

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OLIVEIRA MARTINS, Historia de la civilización ibérica. Ed. El Ateneo

RAGUCCI, Rodolfo, Letras castellanas. Bs. As. Ed. Sociedad Editora Internacional VALBUENA PRAT, Ángel, Historia de la literatura Española. Barcelona. Ed. Gili. Tomo I

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