Entrevista a Lydia Carreras
Entrevista a Lydia Carreras
- Entrevistador: ¿De dónde surgió la idea de ser escritora?
- Lydia:
Surgió de cuando la primera de mis hijas se casó. Y entonces yo sentí como que
la cosa se clarificaba. A pesar de que tenía todavía más hijos en casa, ¿no?
Pero yo sentí que tenía un poco más de tiempo libre. Me recomendaron una
profesora de literatura que daba cursos de escritura. Entonces fui. Ella me dio
una tarea, estuvimos leyendo algunas cosas, algunos autores importantes que yo
nunca había leído y cuando yo llevé la primera tarea hecha, como que me dice:
"para la próxima clase hace una composición". Yo la lleve y ella la
leyó y me dijo: "pero vos ya sos una escritora". Y yo me lo creí. Eso
fue lo que pasó. Yo me lo creí y entonces dijo: "vamos a hacer un intento
de publicar en revistas locales de acá de Rosario. Yo te voy a decir a donde
hay un concurso, donde se abre una puerta para que vos intentes”. Ahí surgió la
idea. Creo que todavía funciona acá una revista que se hace muy artesanalmente
y que tiene que ver con la escritura, con la poesía. Yo les mandé una carta y
les pregunté si me aceptarían publicar algo. Y dijeron: “bueno, si es bueno,
vamos a ver, lo leemos y revisamos". Y me lo publicaron, enseguida. Y
entonces yo creí, creí que el camino era fácil. – dijo ilusionada.
- Entrevistador: ¿Como surgió "El Atajo"?
-
Lydia:
La idea de
"El Atajo" surgió a partir de una historia que me contó mi mejor
amiga, quien trabaja en cárceles de mujeres, enfocándose en temas de género.
Ella visita varias cárceles, tanto en Rosario como en otras localidades, y
escribe y publica mucho sobre estos temas. Debido a esto, estamos muy en
contacto con este aspecto miserable de la pobreza. Al escuchar su relato, me di
cuenta de que podía ser el punto de partida para una buena novela. Sin embargo,
sabía que sería un tema muy difícil de tratar sin caer en estereotipos, ya que
es fácil hacerlo en este contexto. A pesar de esto, el final de la historia no
cambió, permaneciendo abierto, porque uno nunca sabe qué será de la vida de
esas personas.
- Entrevistador: Te quería preguntar que como nos describiste tu ciudad natal que es rosario, si sentís alguna conexión especial con la historia del atajo ya que esta sucede justamente allí.
-
Lydia: Pudo haber sucedido en otra parte,
pero me gusta escribir sobre Rosario. No siempre doy datos geográficos porque también
puedo tocar gente que se sienta molesta por si yo digo donde está la villa, y
que es lo que pasa en la villa. Pero si me siento cómoda hablando de Rosario,
también sé que Rosario fue una ciudad con mucha historia en todo esto, así que
de lo que dijera podía hablar con tranquilidad, la historia me la pasaron y la
persona de la que yo hablo es de Rosario también. Pero no es una conexión
especial que yo tenga, yo puedo poner esta historia en cualquier otra parte. Yo
necesitaba que el camionero saliera de un lugar que yo conociera y que hiciera
la cantidad de km necesarios, yo tenía que sacar la cuenta desde el Google
Maps, por supuesto, entonces por eso me sentía más segura hablando desde
Rosario, ya que es un lugar que ya conozco.
- Entrevistador: Dado que salió en 2021 (El Atajo), donde seguía vigente la pandemia, ¿Tuvo el alcance que esperabas tener?
-
Lydia:
La pandemia tuvo
sus problemas porqué todo el mundo cerró, definitivamente afecto. Yo tuve dos
libros, uno que se presentó en Buenos Aires una semana antes de que todo
cerrara, de que todo colapsara. Así como el almacén de la esquina de mi casa
empezó a vender menos y la boutique cerró, todo lo que tenía que ver con la
editorial, la promoción, la visita a las escuelas y que los niños vaciaron las
escuelas afectó sumamente.
- Entrevistador: ¿Cuánto tiempo te llevo la investigación previa a la escritura de la novela?
-
Lydia:
Yo voy
investigando y escribiendo al mismo tiempo. No es que yo me siento a investigar
nada más porque es una tarea árida. Pero voy armando la historia y en mis
apuntes voy marcando donde hay algo que investigar. Hay todo un protocolo acá. Cuando yo hablo
del atajo, el atajo existe. Es real. Existe. Y lo saben todos, lo sabe
gendarmería, migración, lo sabe todo el mundo. Yo tengo que averiguar dónde
está el atajo. Después tengo que averiguar cuántos kilómetros hay de São
Gabriel hasta a donde va y en cuanto tiempo se hace en un camión. Por eso yo
pongo detalles que me los puedo inventar, pero debo saber primero. Porque si no
cualquiera puede decir: "no, es mentira, si mi abuelo es camionero y eso
se hace en 15 minutos, ¿Cómo va a tardar 18 horas?”. Entonces le presto mucha
atención a eso, pero voy investigando en la misma medida en la que voy
produciendo y armando la novela.
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